SEMÁNTICA-LÉXICO

                                                  SEMÁNTICA. EL LÉXICO                                         
     8 Manuel Justo Gil

1. EL CARÁCTER ESTRUCTURADO DEL LÉXICO.

     1.1. CAMPOS LÉXICOS
El léxico parece, a primera vista, un dominio más difícil de reducir a modelos estructurales que la Gramática y la Fonética-Fonología. Sin embargo, a pesar de esa dificultad, es evidente que el léxico no puede ser "un montón" de unidades, de palabras, aisladas y sin ningún tipo de organización sistemática.
La estructuración del léxico de una lengua ha de abordarse no en su totalidad, sino parcelándolo en grupos cerrados y limitados de palabras, pequeños conjuntos lexicales, con una organización pluridi­mensional, que tenga en cuenta más de un criterio o punto de vista.
El léxico de una lengua tiene carácter estructurado porque permite segmentar y analizar pequeños grupos de unidades léxicas con un  significado común, porque estas unidades presentan entre sí relaciones de significado (oposiciones distintivas que permiten diferenciar el significado de los términos, que son en parte idénticos y en parte diferentes, y que funcionan en virtud de sus rasgos diferenciales como miembros opositivos de estos grupos), porque es posible descomponer los significados de las unidades léxicas en unidades constitutivas más pequeñas, cuyas combinaciones constituirán el contenido semántico de las unidades léxicas mayores. Tanto es así que el significado de muchas palabras se define, única y exclusivamen­te, por las relaciones que establecen con el resto de las unidades.
A estas parcelas estructuradas del léxico de una lengua les llamaremos  campos léxicos, prefiriendo esta denominación a la de "campos semánticos" por su mayor precisión y transparencia conceptual.
Definiremos el campo léxico como el conjunto de lexemas (unidades léxicas) que presentan entre sí relaciones dinámicas (el significado de cada unidad es consecuencia de la determinación recíproca del significado de las otras unidades, cada una de las cuales ocupa el ámbito que las otras le permiten) y de carácter paradigmático, y que resulta de la repartición de un contenido léxico continuo, una zona de significación común, entre diferentes unidades existentes en la lengua (palabras) que se oponen de manera inmediata unas a otras por medio de rasgos significativos mínimos.
No todo el léxico de una lengua admite una estructuración en campos léxicos.
Pongamos algunos ejemplos de campos léxicos
1. PARED: pared, muro, tabique, tapia, muralla, barbacana, frontón, paredón  
Rasgos: Aobra@, Ade albañilería@, Avertical@, Apara cerrar un espacio@, Agrueso@, Adelgado@,  Ainterior@, Aexterior@, Abajo@, Acon carácter defensivo@, Apara jugar a la pelota@, Aen ruinas@
2. TOCAR: tocar, toquetear, palpar, tentar, manosear, sobar, acariciar             
Rasgos: Aejercitar el tacto@, Areiteradamente@, Acon toda la mano@, Apara conocer@, Aa ciegas@, Apresionando@, Aajando el objeto@, Acariñosamente, suavemente@
3. CURSOS DE AGUA: río, afluente, arroyo, torrente, ría, canal
Rasgos: Acorriente de agua@, Avolumen de agua abundante /escaso@, Anatural / artificial@, Adesemboca en un río / en el mar@, Aagua dulce@, Aagua rápida@
4. VÍAS DE COMUNICACIÓN: vía, calle, avenida, carretera, camino, vereda, sendero, cañada, atajo, pasaje, autopista, autovía

Los campos léxicos se rigen por los siguientes principios fundamentales:
1.- No están organizados, necesariamente, sin residuos ni lagunas. Pueden existir partes más o menos amplias del campo que no presenten lexemas /palabras que las cubran y sea necesario cubrirlas con el lexema /palabra más general. Los campos no tienen por qué cubrir, en las distintas lenguas, todos los matices conceptuales o significativos posibles, por el contrario presentan, o pueden presentar, lagunas léxicas.
2.- No pueden estructurarse en campos yuxtapuestos. Entre los distintos campos léxicos hay frecuentes superposiciones, de forma que un término puede figurar en varios campos a la vez. Las palabras "migran" de unos campos a otros ya que su estructura puede establecerse a partir de diferentes "dimensiones" o puntos de vista: fresco puede aparecer en el campo léxico de "edad", relacionado con  viejo, o nuevo, o en el campo de la "temperatura" en oposición a frío, caliente,; piano puede aparecer, según el punto de vista que se adopte en el campo de los "instrumentos musicales" o en el de "muebles"; caballo puede aparecer en distintos campos: "animales domésticos", "medios de locomoción y transporte", "carreras y apuestas",etc.

3.- El léxico de una lengua no presenta una clasificación única y homogénea sino que admite un conjunto de clasificaciones simultáneas y diferentes. Los campos léxicos no están todos estructurados según los mismos principios y los mismos criterios.  Las relaciones internas de un campo léxico están determinadas por las oposiciones semánticas que en él funcionan. Los tipos de oposiciones están subordinados al número y al tipo de dimensiones o "criterios semánticos" que funcionan en los campos. En la estructuración de los campos léxicos es esencial el concepto de dimensión. Entendemos por dimensión el punto de vista, el criterio semántico, el contenido con respecto al cual se establece una distinción funcional(una oposición); la propiedad semántica a la que toda oposición se refiere. Es, en definitiva, lo común a las diferencias, lo común a los rasgos distintivos de una oposición. Son dimensiones:"la edad", "el grado relativo a la temperatura", "el sexo", "la línea", "la dirección" (en el campo "parentesco"), etc.
4.- Los campos son conjuntos organizados mediante relaciones de significado entre sus miembros de forma que se produce una determina­ción recíproca del significado de cada palabra (significado diferen­cial, relativo). El significado de una palabra depende o queda determinado por el significado de las palabras que se oponen a ella de modo inmediato (por uno o más rasgos).
5.- Para conocer el significado de una palabra no es necesario conocer exacta y completamente todo el campo. Los hablantes manejan los campos aunque no tengan un conocimiento consciente y exacto de su totalidad.
6.- Los campos léxicos son campos lingüísticos, estructuras de lengua no de designaciones ( de objetos). No son, pues, "terminolo­gías", "nomenclaturas"
7.- Un campo léxico de un nivel determinado puede quedar incluido como unidad en otros campos: "valoración  general" -- "valoración estética" -- "valoración intelectual".
8.- Los campos léxicos pueden estar representados por una palabra que corresponde al valor unitario y común  de todo el campo. Esta palabra puede no estar acuñado léxicamente, no ser un "lexema": campo de los  animales domésticos  (gato, perro, vaca, gallina, etc.), campo de asiento  (silla, sillón, butaca, etc.).
9.- Los rasgos significativos mínimos mediante los cuales se organizan los campos léxicos deben de ser un número relativamente pequeño y suelen repetirse en los distintas oposiciones significativas entre las unidades léxicas.

     1.2. OTRAS ESTRUCTURAS LÉXICAS.
Algunas de las estructuras que a continuación vamos a describir no son estrictamente léxicas ya que combinan criterios morfológicos y léxicos. En cualquier caso el componente léxico es esencial para su organización y por esta razón se consideran estructuras léxicas.
CAMPOS ASOCIATIVOS. Asociaciones de un signo con otros signos establecidas por similitud o contigüidad tanto de los signifi­cantes como de los significados. Se caracterizan por ser asociaciones en muchos casos de validez individual, no intersubjetiva, prácticamen­te infinitas y no necesariamente lingüísticas ya que pueden estar condicionadas por las mismas "cosas" y no son otra cosa que formas de la cultura no lingüística. Así: vaca, toro, cuernos, carro, yugo, ternera, rumiar, mugir, arado, carnicería, etc.
FAMILIAS LÉXICAS. Son estructuras léxicas que están  constituidas  por todas aquellas palabras que se relacionan por tener el mismo lexema. En una familia léxica se reúnen por tanto todos los derivados, compuestos y parasintéticos de la palabra primitiva, que contengan el lexema base, tanto patrimonial como culto o semiculto: hacer (lat. 'facere') hacer, deshacer, contrahecho, rehacer, hechizo, bienhechor, hacienda, hacendado, hechizar, hazmerreír, etc. // facción, faccioso, factible, factura, fácil, factor, etc. ojo (lat.'oculum') ojo, ojear, ojal, ojeada, ojera, antojo, anteojo, ojeo, etc. // ocular, oculista, inocular, binocular, monóculo,  etc.
TERMINOLOGÍAS  .En las lenguas hay amplias secciones del léxico puramente denotativas, cuya estructuración no responde a criterios lingüísticos sino que son los propios objetos, a los que hacen referencia, quienes presentan esa estructuración. No se puede, en sentido estricto, considerar las terminologías (o nomenclaturas) como campos léxicos, puesto que no organizan significados lingüísticos sino objetos (realidades), o clases de objetos definidas por las ciencias o por las técnicas. La palabra (el "término") es, en estos casos, un sustituto de la realidad.

Las terminologías, al ser clasificaciones de objetos y no estructuras léxicas, se caracterizan por ser muy precisas, ya que los rasgos en que se basan pertenecen a los objetos y no a la lengua. Las oposiciones que se establecen entre sus términos son exclusivas: cada término es distinto de todos los demás (frente al carácter inclusivo de las oposiciones lingüísticas en las que el término  "no marcado" de una oposición puede englobar al término "marcado") y parece inconcebi­ble que un término sea el contrario de otro y, al mismo tiempo, englobe a ese otro. Tienen, en fin, carácter  interidiomático y pertenecen a los mismos ámbitos en varias comunidades lingüísticas, lo que posibilita la traducción sin dificultad, ya que se trata, simplemente, de la sustitución de los significantes. Ejemplos de terminologías científicas, que son innumerables, son en Zoología la "clasificación de los animales",  en Botánica la "clasificación de las plantas", la "terminología gramatical" en Lingüística, la "terminología matemáti­ca", etc. De carácter popular, citar los "términos (nombres) de oficios", los "instrumentos de carpintería, de albañilería" etc.
               1.3. EL LÉXICO DEL CASTELLANO
El caudal léxico [conjunto de las palabras que conforman una lengua] del castellano está, en principio, recogido en los Diccionarios de la lengua: DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), DUE (Diccionario de Uso del Español, María Moliner), DEA (Diccionario del Español Actual. Manuel Seco). Los Diccionarios no recogen la totalidad del caudal léxico de una lengua. Por otro lado el caudal léxico de una lengua no es ni absolutamente común ni fijo e inmutable. Aunque el léxico común a todos los que hablan el castellano es bastante amplio, lo cierto es que queda una parte del vocabulario que puede no ser conocido por todos los hablantes y ser específico sólo de un grupo de hablantes. El caudal léxico de una lengua no es fijo e inmutable porque a lo largo de la historia de la lengua han aparecido multitud de nuevas palabras y otras han caído en desuso o incluso han desaparecido y otras muchas han experimentado diversos cambios en su forma o en su significado. Las lenguas, y el castellano en concreto, están sometidas a procesos de creación, evolución y desaparición del léxico.
1.3.1. EL ORIGEN DEL LÉXICO CASTELLANO
Se distingue entre el léxico heredado y el léxico de creación y adquisición.
a) El LÉXICO HEREDADO
El castellano es una lengua romance o neolatina derivada del latín hablado por los pueblos que vivieron bajo el Imperio Romano.
La mayor parte de las palabras que usamos más frecuentemente provienen de palabras latinas que han evolucionado a través de los siglos: son las PALABRAS PATRIMONIALES aquellas que, en la evolución de la lengua, han seguido las leyes fonéticas correspondientes a la lengua. Palabras populares / tradicionales / patrimoniales: palabras que han vivido sin interrupción en el habla, abandonadas al curso de la evolución fonética; se han transformado al tiempo que nacían las nuevas lenguas y muestran en sus sonidos los cambios regulares característicos: filius > hijo, genesta > hiniesta (galego) xesta, saltus > soto,
No todas las palabras del castellano tienen un origen directamente en el latín. El propio latín hablado había ya incorporado algunas palabras procedentes de otras lenguas con las que convivía: del griego, del celta, de las lenguas germánicas y de otras lenguas.
Las palabras patrimoniales han experimentado, pues, una considerable evolución fonética, y también semántica, entre los siglos VIII-XI al XVIII, que hace que en muchas ocasiones estén ya muy alejadas de la forma latina originaria: oculu(m) (lat.) > ojo, muliere(m)> mujer, nocte(m) > noche, alteros > otros
Se distinguen además:
$ los CULTISMOS: palabras que se atienen a la forma latina escrita, que se conservan sin más alteraciones que las precisas para acomodarla a la estructura fonética o gramatical romance:  evangelium > evangelio; voluntate > voluntad, oculum > ocular /oculista, monóculo, regulare(m) > regular, articulum > artículo. Han sido, en su mayor parte, tomados del latín literario.
$ los SEMICULTISMOS: aquellas palabras que siendo tan antiguas como las voces populares y pertenecientes a la lengua hablada no han tenido, sin embargo, un proceso fonético totalmente independiente del influjo culto; no se produjeron en ellas todos los cambios (las tendencias) fonéticos usuales: virgine >virgen (no *verzen); angelus > ángel (no *año, *anlo); seculum > sieglo > siglo (sejo); regulam > regla (reja), episcopus > obispo (besbo); miraculum > milagro (mirajo); periculum > peligro (perijo); rationem > ración > razón (vulgar). La acción de la cultura no fue lo bastante fuerte para mantener la integridad formal de las palabras, pero sí para frenar o desviar el proceso fonético iniciado en ella.
b) El LÉXICO DE CREACIÓN Y ADQUISICIÓN
El castellano, como las demás lenguas, ha ido acrecentando su vocabulario en función de las necesidades expresivas de sus hablantes, que cambian constantemente como cambia el mundo, la realidad,  en el que vive.
Muchas palabras caen en desuso, son los ARCAÍSMOS (palabras o construcciones anticuadas con relación a un momento dado), pero otras aparecen sin cesar para designar las nuevas realidades. Existen diferentes procedimientos para la creación de nuevas palabras y para la adquisición del léxico.
$ PROCEDIMIENTOS MORFOLÓGICOS: FORMACIÓN DE PALABRAS: derivación (afijos: prefijos, sufijos), composición.
$ PROCEDIMIENTOS LÉXICO-SEMÁNTICOS

Sin duda el mecanismo léxico-semántico más productivo es el PRÉSTAMO, es decir, la incorporación al léxico de una lengua de palabras procedentes otras lenguas distintas. Se denomina préstamo al procedimiento mediante el cual determinados extranjerismos, adaptándose a las normas morfonológicas de la lengua prestataria, entran a formar parte del léxico de esta: fútbol (ing. football). currículo (lat. curriculum), escáner (ing. scanner)También se le llama préstamo léxico. Estos extranjerismos experimentan en su proceso de incorporación al castellano una adaptación fonética y gráfica: los hablantes ajustan la pronunciación y la escritura de la palabra original, sea cual sea su procedencia, a las posibilidades y las reglas del castellano
Por otro lado, hay préstamos cuya forma es la de la lengua originaria o modelo: EXTRANJERISMO (*barbarismo+ o *xenismo+): palabras que los hablantes de la lengua receptora perciben como extraña, bien por su aspecto formal o bien por su uso escaso o restringido; >extranjerismo crudo=; consiste en la mera adopción de una palabra extranjera; tiene carácter pasivo y mimético. Estos préstamos se conserva la forma fonética y gráfica de la lengua originaria: basket, sandwich, surfing, ranking, goal-average, zapping, hardware, software, boîte, foie-gras, soufflé
La introducción de préstamos se produce en muchos casos por necesidades internas de las lenguas que deben adaptarse a la constante aparición de nuevas realidades originadas por razones del progreso técnico, social y cultural que se producen en determinados países y no en otros. Para explicar el variado origen de los préstamos hay que tener en cuenta el concepto de prestigio: en cada época ha habido unos países y unas lenguas que han ejercido una especial influencia sobre el resto, debido a su preponderancia política, cultural, social, económica, etc.: siglo XVI Italia, el italiano; siglo XVII: España, el castellano; siglo XVIII y XIX Francia, el francés; siglo XX, Inglaterra, el inglés.  El idioma que más está interfiriendo en todas las demás lenguas, quizá por su carácter de mayor universalidad, es el inglés (anglicismos), si bien el castellano le sigue a corta distancia, pues en la actualidad es hablado en el mundo por más de cuatrocientos millones de personas. En palabras de Lázaro Carreter, el español de América es más permeable que el de España a la incorporación de neologismos y anglicismos. Pero no hay que olvidar que el préstamo de vocablos entre lenguas es un proceso de intercambio recíproco, pues el splanglish, utilizado principalmente en la península de Florida en los Estados Unidos de América, es un claro ejemplo de ello, con una mezcla casi al cincuenta por ciento de palabras de ambos idiomas. A modo de ejemplo, en algunos establecimientos allí ubicados se pueden leer frases como estas: voy a la washateria a lavar la ropa. Only aceptamos cash o Aquí puede pagar sus Bills, voy a llenar el tanque de mi carro con gasoline, tengo que ir a la marketa a comprar grocerias, hey, jose; donde parkeaste tu carro que no lo encuentro. El francés da lugar a galicismos, del italiano italianismos, etc.
Algunas PECULIARIDADES DE LAS PALABRAS PROCEDENTES DE OTRAS LENGUAS y de los nombres propios de las mismas:
Igual que el DRAE (2001), escribiremos en cursiva  o marcándolo con comillas, subrayado, respetando la escritura de su lengua de origen, aquellos extranjerismos cuya representación gráfica o cuya pronunciación son ajenas a las convenciones de nuestra lengua; no siguen las reglas de uso de la tilde del español. Escribiremos en caracteres normales  los extranjerismos totalmente aceptados porque se ajustan a la escritura o pronunciación de nuestra lengua, y siguen las reglas generales de uso de la tilde del español.
Las palabras extranjeras no adaptadas o no incorporadas al español han de respetar la ortografía de la lengua de origen; pero al escribirlas, es aconsejable diferenciarlas gráficamente con las comillas o con la letra cursiva: impasse, hula-hoop, hot-line, hobby, dribbling, gay, show, hot-dog.
Los nombres propios de otras lenguas, si no están hispanizados, se escriben como en la lengua de origen. No hay que diferenciarlos gráficamente de las demás palabras, y tampoco se ajustan a las reglas de la ortografía española: Windsor, Schubert, Müller, Andersen.
Las palabras de origen extranjero adaptadas ya a la pronunciación y a la grafía española deben ajustarse a todas las reglas ortográficas: París, Nápoles, Múnich, Pekín, Misisipi, chalé, Londres, brandi, búnker,güisqui (whisky),.cruasán (croissant)
LOS EXTRANJERISMOS SUPERFLUOS Y LOS NECESARIOS O MUY EXTENDIDOS.
$ Extranjerismos superfluos. Son aquellos para los que existen vocablos equivalentes en castellano, absolutamente válidos y vigentes, lo que los hace innecesarios. Veamos, por muestra, algunos ejemplos:
Para attach y attachment, se propone *agregado+, *anexo+, *adjunto+, *archivo+ y aun, el veterano *anejo+; sponsor es sustituible por *auspiciante+ o *patrocinador+; ombudsman, por *defensor+ (del pueblo o del consumidor); password es innecesario pues disponemos de *contraseña+; sugerimos evitar el omnipresente e-mail y usar *correo electrónico+. Aunque estimamos que, dada la tendencia del uso actual, quedará solo *correo+, pues al común se lo está designando *correo postal+, como si necesitara de especificación, al ser desplazado por el electrónico.
El criterio asumido para estos casos superfluos es de pleno sentido común: usar los vocablos equivalentes de nuestro patrimonio léxico, en lugar de los foráneos.

$ Extranjerismos necesarios o muy extendidos e impuestos. Son aquellos que no tienen equivalente en castellano y que, por tanto, no son sustituibles fácilmente por otras voces. Es el caso de leitmotiv, kitsch, software. *Motivo conductor+, para el primero, además de ser menos económico, debe competir con una larga afirmación del término original impuesto en la música, en la literatura y luego ampliado a otros campos culturales. En cuanto a software, se ha propuesto *soporte+, pero sin mucho éxito. Hay otros extranjerismos que se han difundido universalmente y afirmado en el uso, bien sea por prestigio, como es el caso de ballet, blues, jazz; o por efectos de la ubicua y sostenida publicidad, como es el caso de playboy.
Habría dos criterios frente a ellos:
2.1. A los que han difundido y mantenido su grafía y su pronunciación originales Ces el caso de los mencionados: software, ballet, blues, jazz, etc.C, se los escribe como extranjerismos crudos, es decir, se respeta su grafía original, pero, a la vez, se los destaca con alguna forma de relieve tipográfico Csegún los contextos en cursiva o negritaC para indicar que no pertenecen a la fisonomía ortográfica de nuestra lengua. Deberíamos, pues, escribirlos en cursiva.
No obstante, pueden proponerse adaptaciones, que suelen leerse, como *chalé+ (por chalet), *cabaré+ (por cabaret), que ya figuran en el DRAE; y, aunque son infrecuentes, *balé+, *blus+, etc. Igual criterio puede aplicarse a casi todas las voces de la música en italiano: adagio, mezzosoprano, etc.
2.2. A los que ya han adaptado o pueden adaptar su grafía y su pronunciación a las españolas, los pasamos de *crudos+ a *cocidos+. La adaptación se hace teniendo en cuenta el grado firme de la cohesión grafofonológica del español. Para estos casos se proponen dos soluciones posibles de tratamiento:
$ Mantenimiento de la grafía original pero con pronunciación española: *club+, con una [u] plena, no [clab]; *chance+, no chance; *máster+, no master, vocablo del que nos adueñamos con la sola tilde del acento ortográfico; como también es el caso de *clóset+, por closet.
$ Adaptación de la grafía para reflejar la pronunciación original, de acuerdo con el sistema gráfico español: *escáner+ (scanner), *zum+ (zoom), *escúter+, por scooter; *pimpón+, por ping-pong; *pádel+, por paddle; *chucrut+, por choucroute; *lutier+, por luthier; *esmoquin++, por smoking; *placar+, por placard; *carné+, por carnet; *estrés+, por stress; *cruasán+, por croissant.
En algunos casos hay doble solución,  según las regiones lingüísticas: *búmeran+ (en México, la Argentina y Ecuador) y *bumerán+ (en España, y algunos países hispanoamericanos), por boomerang; *béisbol+ (en España y la Argentina) y *beisbol+, agudo, (en Colombia, Venezuela, Cuba, México), por baseball, etc.
$ Hay un tercer criterio, y procedimiento acorde, que consiste en la traducción o calco. Se trata de un apropiamiento más directo, trayendo la materia a nuestro campo propio: mouse genera *ratón+; full-time se convierte en *tiempo completo+ y air bag, en *bolsa de aire+.
Cabe señalar que, en algunos casos, las distintas regiones han dado soluciones diferentes, adoptadas en el uso culto, al tratamiento de los extranjerismos, manejando uno u otro de los criterios señalados. Demos algunos casos: basketball fue adaptado como *básquetbol+, en la Argentina, aplicando el criterio 2.2.b, e, incluso, *básquet+; en tanto, en México, con la aplicación del mismo procedimiento, han preferido la forma aguda: *basquetbol+. En cambio, en España ha predominado el procedimiento 3, la traducción: *baloncesto+.
Otro caso en que conviven criterios diferentes en el uso normalizado es el de by-pass. Unos países han preferido el criterio 2.2.b, y se lo han apropiado en *baipás+. Otros, en cambio, prefieren la traducción por *puente coronario+ o *derivación coronaria+.
A los extranjerismos que en su lengua original se escriban con caracteres no latinos, deben aplicárseles los criterios de la transliteración correspondiente en la adaptación a nuestras fonética y grafía.

NEOLOGISMOS
neologismo: 1. m. Vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua. 2. [m.]Uso de estos vocablos o giros nuevos. (DRAE)
neologismo. Palabra o expresión recién introducida en una lengua. Son, en general, considerados legítimos, sin necesidad de que estén sancionados por la Real Academia, los tecnicismos necesarios para designar conceptos nuevos, así como las designaciones científicas formadas con una raíz culta para atender una nueva necesidad, de acuerdo con las normas generales de la derivación. (DUE)

Los Neologismos son  palabras de nueva creación o adaptadas de otra lengua. Hay que relacionarlos siempre con el tiempo. Las palabras nuevas en una época luego se generalizan y dejan de ser neologismos: telefonear, que fue en su día neologismo, hoy es ya una palabra de uso común. Los neologismos son unidades léxicas nuevas, creadas con los recursos propios de cada lengua. Se distinguen dos procedimientos neológicos: la neología léxica o de forma, y la neología semántica o de sentido. La neología léxica o de forma consiste en la creación de nuevas >unidades léxicas= utilizando recursos léxicos y morfológicos propios de cada lengua, de los cuales los más importantes en la lengua española son la derivación, la composición y la parasíntesis. Además, la abreviación, las siglas y la acronimia. La neología semántica o de sentido, caracterizada por otorgar  un nuevo sentido a una forma preexistente: ratón (ing. mouse (informática).
En general los neologismos nacen por necesidades de crear nuevas palabras derivadas de:
- el descubrimiento científico
- del progreso industrial
- de modificaciones de la vida social
- de movimientos ideológicos
- de una nueva manera de sentir o de comprender la realidad
 escanear, distensionar, esponsorizar, sobreexplotación, alunizar, anticonceptivo, anticongelante, microprocesador, minusválido (DRAE 1984); anticorrosivo, antideslizante, hipermercado, autostop, autostopista, preescolar (DRAE 1992); (No DRAE) pluridisciplinario, automedicarse, sobremedicarse, superministro, supercontrato, superpotencia, superespectáculo,  hipermercado, hiperactivo
             Modismos idiomáticos. En la acepción corriente,  sería lo mismo que locución, idiotismo, frase idiomática, es decir, un sintagma fosilizado, convencional. Conocemos como ‘modismos’ las expresiones más o menos fijas cuyo significado no puede obtenerse por combinación de sus componentes. Su estructura sintáctica puede responder o no a las estructuras generales de la lengua, y el grado de fosilización puede ser mayor o menor según los casos. Expresión verbal característica de una lengua, del modo de hablarla en un país, en una región, o en cierto estilo de expresión, compuesta por dos o más palabras, cuyo significado es diferente de la simple unión de los significados de cada una de ellas. La manifestación hablada y escrita del modismo suele presentar, según la geografía y las influencias sociales ambientales, algunas variantes que recuerdan las del refranero o de los romances tradicionales. De hecho, ciertos modismos parecen desgajados de refranes o constituyen realizaciones más libres de éstos o de proverbios de origen bíblico o clásico. Pero la mayoría son creaciones espontáneas de la lengua española y cumplen, como es ha dicho antes, el requisito más característico de este hecho lingüístico, a saber, que el significado final no sea la suma de los significados parciales de sus componentes: uno a uno, a tontas y a locas, mentar la madre, ser de armas tomar, irle a uno como en feria,  huir por pies, abrir dos ojos como platos, como el pez en el agua, como cada hijo de vecino
            Idiomático. El adjetivo idiomático se utiliza para expresar que el significado de una unidad léxica compleja no es transparente, esto es, no es deducible del significado de los elementos que lo componen. A las unidades léxicas idiomáticas se las llama modismos y también frases idiomáticas; a veces, también reciben el nombre de clichés.
            Otras características de los ‘modismos” son:
            (a) el carácter estereotipado y rígido de su construcción; no se puede decir, por ejemplo, *Estiró una pata”; este carácter estable de sus componentes facilita su memorización.
            (b) no admiten la sustitución de sus componentes léxicos por sinónimos de ningún tipo *Pasó a superior vida
            (c) no permiten la generación de otras unidades basadas en la analogía, ni en la pasivización o en la nominalización: *La pata fue estirada por él”, *El paso a mejor vida
2. LAS  RELACIONES SEMÁNTICAS.
Se pueden establecer diversos tipos de relaciones entre los significados de los lexemas:
2.1. RELACIONES DE INCOMPATIBILIDAD (CONTRARIEDAD): entendemos por "incompati­bilidad" la relación establecida entre significados lingüísticos por la cual un término supone la exclusión del otro. Son incompatibles dos unidades léxicas siempre que una de ellas contenga al menos un rasgo que se contraponga a un rasgo de otra unidad.
No hay que confundir, sin embargo, "incompatibilidad" con "diferente significado", así: carmesí/fresco son dos adjetivos de "diferente significado", pero no "incompatibles", ya que pueden ser  aplicados al mismo sustantivo: una rosa carmesí fresca. Sin embargo, carmesí y escarlata, si bien tienen un significado emparentado, semejante, son incompatibles, pues no podrían ser aplicados al mismo sustantivo: *una rosa  carmesí  escarlata; silla / mesa  son dos sustantivos incompatibles y de diferente  significado. No existe un objeto que se a la vez "mesa" y "silla". 
Hay varias clases de relaciones de incompatibilidad:          
2.1.1.  Relaciones privativas o complementarias: son las relaciones de incompatibilidad que se establecen entre dos lexemas en las que el significado de uno de los términos está caracterizado por la presencia de un rasgo distintivo significativo y el otro término está caracterizado por la ausencia de ese mismo rasgo significativo. Se oponen sin gradación: soltero / casado; vivo / muerto; hablar / callar; macho / hembra
2.1.2. Relaciones graduales. A este tipo de relaciones no le corresponden propiedades absolutas, sino que son rasgos graduables. Pueden formar un conjunto de elementos, todos mutuamente excluyentes y graduales, que representan los distintos puntos a lo largo de una escala. El rasgo de gradación que une los dos extremos se percibe por el hecho de que podemos encontrar términos intermedios  en la escala, que no participan ni de un polo ni del otro ("polaridad"). Otros ejemplos: frío/caliente (helado-frío-fresco-templado-caliente-candente); alto/bajo
2.1.3. Relación de inversión. La relación de inversión se produce cuando dos palabras expresan la relación entre dos "objetos", "procesos", etc. o más, que puede ser considerada desde dos direccio­nes contrapuestas. Son relaciones de reciprocidad: padre / hijo; marido / esposa; tío / sobrino; poseer / pertenecer; comprar / vender; encima / debajo
Si  A   es  hijo  de  B --  B  es padre  de  A
Si  A   es  padre de  B --  B  es hijo   de  A
Este tipo de relaciones no se puede entender separadamente de las dos entidades ("argumentos") que aquellas ponen en relación. Formalmente pueden expresarse bien por medio de dos unidades léxicas distintas: padre/ hijo, bien por unas relaciones sintácticas diferen­tes: Juan está casado con Susana / Susana está casada con Juan
2.1.4. Relaciones equipolentes. Es una relación múltiple, entre más de dos miembros. Cada uno de los lexemas es incompatible con todos y cada uno de los demás lexemas que mantienen este tipo de relación. Todos los lexemas se caracterizan por poseer un rasgo significativo común y, al menos, un rasgo distintivo (diferenciador):
rasgo común            serie de  lexemas  equipolentes   
habitación              comedor, dormitorio, baño, cocina, salón, alcoba,...
color                         azul, rojo, amarillo, marrón, verde,...
objetos de cocina     olla, cacerola, sartén, cazuela,...
días de la semana     lunes, martes, miércoles, jueves, etc.

nombres de flores     clavel, rosa, dalia, geranio, orquídea, etc.

Los tres primeros tipos de oposiciones complementarias, gradua­les, e inversas se suelen incluir en una denominación general, la ANTONIMIA, entendida en sentido amplio. Es frecuente, sin embargo, reservar el término antonimia para referirse exclusivamente a las oposiciones  graduales.
Las relaciones de incompatibilidad pueden ser expresadas en las lenguas mediante dos procedimientos: por un lado, procedimientos derivativos, con prefijos de sentido negativo: in-, des-, dis, etc., o bien utilizando distintos lexemas: bueno / malo, sabroso / insípido, móvil / inmóvil, cansado / descansado, etc.
Es necesario señalar que la definición de los valores semánticos de los lexemas dentro de un sistema léxico es muy compleja y está sometida a diversas tensiones que pueden imponerse en cualquier momento y modificar las relaciones semánticas establecidas.
Así, puede suceder que  se introduzca un tercer miembro que modifique las relaciones: soltero / casado  modifican su relación si se introducen términos como viudo, divorciado o separado  en relación a la dimensión "estado civil". También puede modificarse la "dimen­sión", el punto de vista. Una palabra puede ser incompatible signifi­cativa­mente respecto a una o varias dimensiones: hombre /mujer: (dimensión) "sexo" (relación privativa) ;            "racionalidad" (+ racional); "edad"  (+ adulto)

2.2. Relaciones de inclusión: HIPONIMIA. HIPERONIMIA.
Son relaciones entre significados en las que el significado de un elemento léxico queda totalmente incluído en el significado del otro.                                                                
     La HIPONIMIA es una relación de significados que se establece entre un lexema más específico, o subordinado, y otro más general, o superordinado. Un elemento léxico más específico es hipónimo  de otro elemento más general, hiperónimo, cuando todos los rasgos significati­vos, semas, del elemento general están contenidos en la fórmula componencial del hipónimo:
  HIPÓNIMOS                    HIPERNÓNIMOS 
tulipán
rosa                               flor
clavel
camelia

vaca                                             
ballena
gato                           animal mamífero
perro
murciélago

honradez
probidad                       virtud
bondad
moralidad
Un hiperónimo puede tener más de un hipónimo, pero no a la inversa. La relación que se establece entre hipónimos de un mismo hiperónimo se denomina cohiponimia: son  cohipónimos tulipán, rosa, clavel, camelia etc. Entre cohipónimos se establecen relaciones de oposición.
MERONIMIA es la relación semántica entre una unidad léxica que denota una parte y lo que denota el correspondiente todo. CO-MERONIMIA es la relación entre unidades léxicas que denotan partes hermanas.. Las relaciones parte(s)Stodo están sujetas a construcciones posesivas inalienables (>posesión inalienable= es aquella en la que en la relación entre lo >poseído= y la entidad >poseedora= existe un vínculo intrínseco, necesario, y por consiguiente, constante: la nariz de Antonio, su cara de ángel. >Posesión alienable= es aquella en la que en la relación entre lo >poseído= y la entidad >poseedora= existe una vinculación contingente, ocasional: el coche de Carlos, su maleta). Se diferencia de la HIPONIMIA en que, por ejemplo, un brazo no es un tipo de cuerpo, sino parte del cuerpo

2.3. Relaciones entre significantes y significados: SINONIMIA. POLISEMIA. HOMONIMIA.
En este apartado incluimos aquellas relaciones que afectan tanto a los significantes como a los significados: sinonimia, polisemia y homonimia.
                2.3.1. SINONIMIA.
Se define como la relación lingüística en la que para un significado existen en la lengua varios significantes. Estos significantes se diferencian por su configuración fonológica pero pertenecen a la misma "clase de palabras". La sinonimia se entiende entre palabras lexemáticas de la misma  clase y excluye las locuciones, las perífra­sis y las definiciones, que, si bien son conmutables en el uso normal de la lengua, no pueden considerarse sinónimos, aunque fuesen, en cada caso, aceptables desde perspectivas semánticas o gramaticales:
jabalina -- jabalí hembra
zángano  -- abeja macho
vaca     -- hembra madura de animal bovino
toro     -- vaca macho
El significado de un lexema es una entidad compleja  que implica todas las informaciones codificadas en un signo lingüístico: denotativas conceptuales, connotativas, informativas. Esta complejidad da lugar a que muy pocas palabras sean total y absolutamente sinónimas. Es decir, que sean intercambiables en cualquier contexto sin la más leve modifi­cación de su significado.  Distinguiremos, al menos, dos tipos de sinónimos:
a) sinonimia absoluta: la que se produce entre aquellas unidades léxicas que tienen la misma distribución: que son intercambiables en todos los contextos y cuyo significado (denotativo, conceptual y connotativo) es idéntico. Este tipo  de sinonimia apenas existe. Se produce en la terminologías, entre términos técnicos y científicos: altímetro, hipsómetro, ("instrumentos para medir alturas en topogra­fía").
b) sinonimia parcial: se considera que dos unidades léxicas son sinónimas sólo en parte cuando:
ÿ tienen idéntico significado (denotativo, conceptual y connota­tivo) sólo en determinados contextos ( contextos restringidos):
flaco (Diccionario VOX,1987) adj. (persona o animal) de pocas carnes. Fig. Flojo, endeble,sin fuerza,débil.
delgado (Idem.)adj. flaco, de pocas carnes, de poco grueso.2. Delicado, tenue, suave.
fino  (Idem.)adj. delicado y de buena calidad. 2. Delgado, sutil.3. Esbelto, de facciones delicadas. 5. Cortés, urbano. 6..Astuto, sagaz.
 flaco, delgado, fino no son sinónimos absolutos ya que en algunos contextos no son permutables: Este es su punto flaco; Le duele el intestino delgado; Es un sonido muy fino.
Sin embargo, sí pueden considerarse sinónimos parciales en contextos como: se ha comprado un perro flaco / delgado; dibuja con un trazo fino /delgado
Como la mayoría de las unidades léxicas de una lengua, los tres adjetivos, flaco, delgado, fino son polisémicos, es decir, su significado es un conjunto de significaciones ligadas a un significan­te. En cada uno de los contextos no se realiza todo el significado sino sólo una parte, por lo que sería posible hablar de dos unidades léxicas, en el caso de flaco: 1. flaco "de pocas carnes", 2. flaco "débil, flojo, endeble". Sin embargo, es bien sabido que los diccionarios sólo consideran varias unidades léxicas y, en consecuen­cia, varias "entradas" de diccionario a los homónimos, no a los polisémicos, en los que los distintos sentidos consideran "acepcio­nes" de significado.         
ÿ coincide únicamente el significado denotativo y conceptual (los aspectos no connotativos) y se diferencian por el aspecto connotativo del significado.  Los rasgos connotativos de una unidad léxica son hechos de "habla" y no pertenecen al "sistema" de la lengua, son por lo tanto individuales y subjetivos, dependen, en la mayoría de los casos, de la situación; son variables e inestables por lo que dificílmente pueden coincidir para una unidad léxica. Sin embargo, muchos de estos rasgos connotativos están codificados en la lengua y se han incorpora­do ya al "sistema" con lo que son intersubjetivos y pueden coincidir, ser sinónimos, en una palabra. Estos rasgos son recogidos, entonces, por los diccionarios bajo el epígrafe de "fig." ("sentido figurado"):
            rojo (Diccionario VOX, (1987)). Es el primer color del espectro solar. Color parecido a la sangre arterial. Fig.Partidario de las tendencias de izquierda en política, radical,revo­lucionario.
rojo (Diccionario M.Moliner). 1. Se aplica al color como el de la sangre o semejante, que es el primero del espectro solar, y a las cosas que lo tienen.(...)
AL ROJO. (I) (aplicado a una cosa que arde o se calienta  mucho). (II) (fig.) Hablando de estados de ánimo, muy excitado.
AL ROJO VIVO. (II) (fig.) En estado de gran excitación. 
zorro (Diccionario VOX) Macho de la zorra.3.Fig. El que afecta simpleza o insulsez, especialmente para no trabajar,... aparentar ignorancia o distracción. 4.Hombre taimado o astuto.
     Hablaremos, pues, de sinonimia parcial en aquellos casos en los que el significado de la unidad léxica coincide con otras en los aspectos básicos del significado (denotativo, conceptual) y en los aspectos connotativos codificados por la lengua.

     La sinonimia es una relación lingüística de la que las lenguas no tienen necesidad real y cuya existencia se explica en muchos casos por razones no estrictamente lingüísticas sino estilísticas. Es frecuente seleccionar entre varios sinónimos basándose en razones como: no repetir las mismas palabras  en posiciones muy próximas, elección entre palabras cortas o largas, entre palabras cultas o populares, por exigencias de la métrica o de la rima, por aceptabili­dad estilística o situacional, para hacer el significado más claro o más enfático, etc.

2.3.2. POLISEMIA. HOMONIMIA.
Ambos fenómenos semánticos pertenecen al mismo tipo de relaciones entre significados: varios significados asociados a un solo signifi­cante. Tanto uno como otro fenómeno están ligados a la evolución histórica de las lenguas: la homonimia se origina por la coincidencia, en un estado de lengua, en el resultado final de la evolución fonética de varios significantes y cuyos significados son diferentes y no presentan ninguna relación de proximidad o emparentamiento de significado:
            (lat.) gradu(m)                          - grada, graderío
(espñ.) grado    *tiene quemaduras de primer grado+                
            (lat.) gratu(m)                            - grado, agradar *lo ha hecho de buen grado+

La polisemia supone que un único significante ha adquirido, por ampliación o restricción, a lo largo de distintas etapas evolutivas de la lengua, distintas significaciones que, de alguna forma, están emparentadas:
(lat.) pluma > (espñ.) pluma - de ave
                                                 - estilográfica
                                                 - cebo de pesca
                                                 - grúa
La polisemia ha de considerarse como "significado múltiple": a una forma significante, palabra, se asocian varios significados relacionados entre sí. Los diccionarios registrarán una sola "entrada" con diversas "acepciones" de significado.
Los homónimos son palabras distintas que deberían ser reflejadas en los diccionarios como "entradas" diferentes.
     Distinguiremos dos tipos de homonimia:
a) homonimia absoluta: implica que no exista ninguna relación de proximidad o emparentamiento de los significados, identidad absoluta de forma, homógrafos, y equivalencia sintáctica:  llama (fuego) - llama (animal); pez (pescado) -  pez (cola de pegar); cola (rabo) -cola (pasta de pegar)- cola (semilla); bando (edicto)-  bando (facción)
            b) homonimia parcial: los homónimos parciales no presentan relación de proximidad o emparentamiento de significados, pueden no ser idénticos en cuanto a su forma, homófonos (igual sonido,  distinta ortografía), no tienen equivalencia sintáctica:
basto    -   vasto
haya (árbol/vb. haber)  -   halla
mata (de pelo/arbusto) -   mata (vb. matar)
podemos (vb. poder/vb. podar)
Es muy posible que la homonimia parcial nunca llegue a provocar ambigüedad de significado, ya que las formas compartidas pueden ser incompatibles en los mismos contextos sintácticos. El contexto, pues, elimina las ambigüedades:  Juan cortó las matas / matas el tiempo jugando;   El filtro del coche está sucio/ le administró un filtro mágico.
La ambigüedad que resulta de la homonimia absoluta no es fácilmente eliminable por el contexto:  el banco cambió de ubicación ("de peces"/"asiento"/"entidad  financiera")

3. SEMÁNTICA HISTÓRICA: LOS CAMBIOS SEMÁNTICOS.
Las palabras son creaciones humanas. El hombre crea las palabras para dar nombre a las cosas bien porque aún carezcan de ellos, bien  porque el nombre que tienen no cumple ya eficazmente su función: ya sea su función denotativa o su función connotativa.

Las lenguas naturales disponen de varios instrumentos para la creación lingüística: la formación de palabras (derivación, composi­ción), los préstamos de otras lenguas, la migración o transferencia del significado de unas palabras a otras, las onomatopeyas. Esta creación de palabras comienza siendo un hecho individual y consciente, es un hecho de "habla"; es el individuo el que inicia el cambio lingüístico. Una vez creada la palabra puede evolucionar espontánea­mente y difundirse entre los hablantes; la difusión es un hecho social-colectivo: la palabra creada es aceptada por la comunidad hablante y se incorpora al sistema lingüístico, hecho de "lengua", o por el contrario es rechazada, se olvida y desaparece.
     Los factores que favorecen los cambios de significado son los siguientes:
     1. Salvo las palabras que denotan objetos muy definidos y los nombres propios, la mayoría de las palabras de una lengua presentan multiplicidad de acepciones, falta de delimitación precisa entre ellas y referencia a  "clases de cosas" generalizadoras, lo que contribuye a la vaguedad en el significado, que favorece los cambios de signifi­cado.
     2. La existencia de polisemia: muchas palabras pueden adquirir con el paso del tiempo muchos significados sin perder su significado originario. Muchos de estos significados (acepciones) pueden adquirir independencia, perder su "motivación semántica", su relación con el significado etimológico y convertirse en unidades léxicas independien­tes y perfectamente consolidadas, incluso, sin relación aparente con la palabra primitiva.
     3. Muchas palabras a fuerza de aparecer en contextos ambiguos pueden ser entendidas en forma diferente.
     4. La estructura del vocabulario, su carácter abierto, móvil e inestable puede también favorecer los cambios de significado.
     Las palabras cambian de significado porque alguno de los aspectos de su significado (denotación, connotación, conceptual, etc.)  se desliza progresivamente hacia el significado de base y lo reemplaza.

     Los cambios de significado suelen adoptar, fundamentalmente, dos formas:

1) forma lógica:
            a) el cambio de significado supone una ampliación del significa­do:
                           maestro (escuela)        -"torero
                                                                   -"albañil"
                                                                   -"pintor", etc.
                             pastor (ganado)         - "almas"
                            artista (dedicado al arte) - "persona que hace algo con perfección")
            b) el cambio implica una restricción del significado:
república (cosa pública)           - "forma específica de gobierno"
lidiar (pelear, batallar)                - "torear"
            c) transferencia de sentido (metáfora y metonimia):
araña (insecto)                      -"lámpara" (metáfora)
corneta (instrumento)            -"la persona que toca"(metonimia)

2. forma psicológica: las palabras cambian de significado porque el hablante advierte un parecido o semejanza entre objetos, situacio­nes, etc. o por efecto de determinadas sensaciones, emociones, sentimientos,.. que le producen los objetos, situaciones.
     Los signos lingüísticos son entidades que mantienen, al menos, tres tipos de relaciones:
     1.sintáctica: relación  signo -- signo
     2.semántica: relación  sujeto -- signo -- objeto
     3.pragmática: relación sujeto -- signo -- objeto -- oyente
     Los cambios semánticos afectan a valores semánticos, sintácticos y pragmáticos, por ello es necesario al estudiarlos tener en cuenta los cuatro elementos que intervienen en el proceso comunicativo: sujeto, signo, objeto, oyente.

Las causas que pueden determinar los cambios de significado pueden estar motivadas por:
    
1.-FACTORES PSICOLÓGICOS: la intervención del sujeto. Este tipo de factores originan unos cambios de significado  motivados por los distintos efectos emotivos, afectivos, o la simple semejanza o parecido que para el sujeto tienen los "referentes" (designación).
Así reptil, sapo, buitre (aplicados a personas con desprecio o repugnancia), asno, burro, ardilla, león, hormiga (aplicados a personas para significar "ignorancia", "desenvoltura", "valentía", "trabajo"),  rubia ("peseta"), verde ("billete verde de mil pesetas"), etc. Entre los cambios debidos a factores psicológicos hay que señalar:

1.1. LA METÁFORA. La estructura de la metáfora consiste en la identificación de dos términos: la cosa, realidad u objeto del que estamos hablando (término real o "tenor") y aquello con quien la identificamos (término imagen o "vehículo"). Esta identificación se basa en la similitud entre ambos términos, similitud que puede ser objetiva, real, o simplemente fruto de una reacción emotivo-afectiva ante el objeto, de transposiciones sinestésicas (mezcla o intercambio de sensaciones):
pata    (animal -- de silla)
cabeza  (humana -- de aguja)
araña   (insecto-- lámpara)
cálida  (temperatura -- voz cálida)
boca    (cuerpo humano -- boca de una cueva)
red     (aparejo de pesca -- red de ferrocarriles)
pulmones (cuerpo humano -- pulmones de una ciudad)
1.2. LA METONIMIA: Surge por la relación que se establece entre los  referentes de las palabras que, de hecho, ya estaban relacionados entre sí. Los objetos asociados no presentan relaciones de similitud sino que entre ellos existen relaciones de contigüidad (espacial, temporal) o relaciones del tipo "parte por el todo":     
coñac (bebida alcohólica procedente de la región francesa de Cognac)
campana (abreviación de "vasa Campana", "recipientes de Campania", región de donde procedía el bronce de mejor calidad con el que se fabricaban los instrumentos sonoros)
cabezas (de ganado), almas (personas), el espada (torero), el corneta, los mortales,

2. FACTORES LINGÜÍSTICOS: la intervención del  signo: las relaciones sintagmáticas establecidas entre los signos, los cambios de uso o función pueden originar el cambio de significado.  
2.1. ETIMOLOGÍA POPULAR: los hablantes y, a veces, los propios lexicógrafos, conectan erróneamente unas palabras con otras con las que perciben similitud de sonido, familiaridad de formas, lo que origina que una se contagie del significado de la otra, aunque no tengan ningún parentesco etimológico:
mondarinas ( a las naranjas mandarinas (alusión al color del traje del "mandarín" (malayo), "mantari" (consejero), por un falso análisis a partir de "mondar")
latente (relacionado con "latir": "entusiasmo latente"; su etimolo­gía correcta es del latín "latere" ("ocultar"))
vagamundo ( vagabundo del latín "vagabundu(m)" ("vagar por el mundo" ))

2.2. ELÍPSIS: palabras que se utilizan, a menudo, en frases o sintagmas hechos, en locuciones, una de ellas es omitida y su significado se transfiere al conjunto:
(gallina) ponedora, (cigarro) puro, aparato (telefónico), (café) cortado

3. FACTORES HISTÓRICOS: por intervención del objeto. Los objetos, las instituciones, las ideas, los conceptos científicos cambian en el transcurso del tiempo. La ciencia descubre nuevos objetos, descubri­mientos que originan la necesidad de nuevos nombres. Las cosas pueden cambiar de forma o de uso y llegar a ser algo totalmente distinto, a pesar de lo cual se le sigue nombrando con la misma palabra:
retrete (habitación -- cuarto de baño)
pluma   (de ave -- estilográfica)
átomo   (sin división -- componente de la materia)

4. FACTORES SOCIALES: por intervención del oyente. Las sociedades aceptan o rechazan determinados significados o determinados signos, determinados objetos y los nombran mediante perífrasis, alusiones discretas y veladas, sustituciones. Las sociedades prohíben nombrar o consideran de mal gusto ciertas cosas que son tabú (prohibidas, sagradas) y las sustituyen por palabras "bien sonantes"          
EUFEMISMOS: reemplazar una palabra que tiene connotaciones desagradables o poco delicadas por otra expresión que no haga referencia tan clara y explícita al aspecto molesto aunque sea inapropiada:
servicio, excusado, inodoro               sobrepeso (gordura)
amiga (amante), mujer de mala vida 
regulación de plantilla, Expediente de Regulación de Empleo (ERE) (despido masivo)
invidente      empleada del hogar (criada, chacha, servicio doméstico)
estado de buena esperanza (preñez)     echar una cana al aire (adulterio)        
 
Toda clasificación de los cambios lingüísticos de significado nunca será exhaustiva. Las lenguas naturales son sistemas de comunica­ción muy complejos por lo que cualquier modificación o cambio que se produzca en ellas no tiene una explicación simple y unilateral. Todo proceso lingüístico es el resultado de innumerables factores (históri­cos, lingüísticos, culturales, sociales, subjetivos, etc.) que, muy a menudo, impiden un análisis totalmente objetivo y explicativo que mida absolutamente todos los parámetros que intervienen en él.

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